HISTORIA DEL TRINARANJUS. INVENTO DE UN FARMACÉUTICO VALENCIANO DE ORIGEN ARAGONÉS
Si la popular Coca-Cola, sin duda uno de los refrescos de mayor difusión mundial, se inventó en una farmacia de los Estados Unidos de América (nótense las referencias que el nombre hace a la coca y a la nuez de kola), el Trinaranjus y la Narangina, dos de los refrescos de más éxito en Europa e Hispanoamérica, fueron a su vez creados en un laboratorio farmacéutico valenciano. Concretamente en el del Dr. Trigo, cuyo director y propietario era Agustín Trigo Mezquita.
De hecho el nombre de Trinaranjus, procede de unir la primera parte de su apellido TRI-go con una modificación del nombre del principal ingrediente que lo formaba NARANJUS. Hay, no obstante, quienes estiman que el prefijo TRI pudiera proceder del zumo de las TRES naranjas que parece se precisaban para llenar una botella del refresco, y que quedaba simbolizado en el famoso envase que durante años se usó para presentar Trinaranjus formado en su base por tres pequeñas esferas, que se estiraban hacía la embocadura. Nosotros descartamos esta hipótesis, al considerar probado que la patente del nombre de Trinaranjus es muy anterior al del diseño citado de las tres esferas-naranjas.
Agustín Trigo Mezquita
Agustín Trigo Mezquita fue un farmacéutico, industrial y político, que nació en Valencia en 1863. Su padre era un comerciante de la Plaza del Mercado de Valencia oriundo de la localidad zaragozana de Ariza. Licenciado en Farmacia en Barcelona en 1888, el joven Trigo se doctoró en Madrid en 1892. Pionero de la industrialización del medicamento, en Valencia, fundó los Laboratorios del Dr. Trigo en el número 130 de la calle Sagunto.
Fue subdelegado de Farmacia del distrito de Serranos de Valencia de 1905 a 1931, vocal de la Junta Provincial de Sanidad durante 28 años, presidente de la sección de Farmacia del Instituto Médico Valenciano, presidente del consejo de administración del Centro Farmacéutico Valenciano, presidente de la Comisión Regional para el aprovechamiento de las plantas medicinales indígenas, presidente del Ateneo Científico de Valencia, así como secretario y luego presidente honorario del Colegio de Farmacéuticos de Valencia.
En la sociedad de Dependencia Mercantil inició el Dr. Trigo las enseñanzas de Comercio, que sirvieron con el tiempo para la creación en Valencia de la Escuela Oficial de Comercio, representó al Ayuntamiento en el Centro de Cultura Valenciana, siendo nombrado en 1920 director del mismo, así como en el II Congreso de Riegos y en el de Historia de la Corona de Aragón. Fue oficial de Instrucción Pública del estado francés condecorado con las “Palmas Académicas” de dicho país.
Además, a lo largo de su dilatada vida intelectual formó parte de diversas asociaciones científicas y profesionales, como la Real Academia de Medicina desde 1905 (de la que llegó a ser su presidente, el único que ha habido en toda la historia de la institución sin la condición de médico), de la de Bellas Artes de San Carlos desde 1942 y al final de su vida de la Real Academia de Farmacia.
Militante del partido Unión Republicana Autonomista, tras las elecciones municipales de abril de 1931 fue nombrado alcalde de la ciudad de Valencia. Durante esta etapa impulsó la constitución de una comisión regional para redactar el proyecto de Estatuto de Autonomía Valenciano en julio del mismo año, y dos meses después puso a la ciudad en estado de guerra a causa de los asaltos de los edificios religiosos, hasta que en el mes de octubre abandonó el cargo por la mala acogida que habían tenido sus iniciativas.
Sostuvo correspondencia y amistad con personalidades de la talla de José Rodríguez Carracido, Vicente Peset, del que fue alumno y luego ayudante en su laboratorio de análisis clínicos, María Curie o el P. Vitoria del Observatorio del Ebro.
Cultivó aficiones como la astronomía, para lo que instaló su propio observatorio en terrenos de su propiedad, realizando numerosas aportaciones científicas y manteniendo una intensa relación con astrónomos de la talla del francés Camille Flammarion, o del catalán José Comás Solá, directores ambos de sendos observatorios astronómicos. Otra de sus aficiones fue la pintura, y de sus pinceles salieron algunos cuadros de mérito.
La labor de escritor y publicista fue intensa, destacando la revista farmacéutica que editó en Valencia en 1899 titulada El Mensajero. Fue colaborador asiduo en la prensa valenciana, y ameno conferenciante sobre temas relacionados con las ciencias naturales y físico-químicas, la higiene, la sanidad o la divulgación científica.
Trinaranjus hoy TriNa
A principios del siglo XX Agustín Trigo inició la fabricación a gran escala de esencias naturales y artificiales, a base de aprovechar los productos naturales de la región valenciana, sobre todo derivados industriales de la naranja y del limón, e iniciando al mismo tiempo su fabricación a gran escala para surtir a la industria alimentaria de los esteres, aldehídos, etc., necesarios para su producción.
El producto estrella que salió de su laboratorio era el citrato de magnesia efervescente, que venía etiquetado con la imagen de una labradora valenciana y al fondo la silueta de la torre de la catedral de Valencia, el Miguelete. Con el tiempo el laboratorio se especializará en la fabricación de esencias y jarabes de naranja y limón, creando más tarde refrescos tan populares como Narangina, naranjada gasificada que luego ser comercializará en Francia como Orangina al margen de su creador, y sobre todo Trinaranjus, lanzado al mercado en 1933 y hoy propiedad de la multinacional Cadbury Schweppes que lo comercializa bajo el nuevo nombre de TriNa.
El éxito comercial acompañó desde el primer momento a este refresco natural hecho sin burbujas y a base de naranja, que se vio promocionado siempre con campañas publicitarias de gran impacto. En 1930 se anunciaba diciendo: “Eclipsa el calor porque apaga la sed. Pídalo en todas partes”. Por los años 60 el mensaje era: “Baila el twist y bebe Trinaranjus”.
Además de estos refrescos, inventó y comercializó con éxito diversos medicamentos e insecticidas, además de nuevas técnicas de laboratorio e incluso originales envases.
Hombre clarividente en la utilización de las nuevas técnicas de publicidad para dar a conocer los productos de su laboratorio, Agustín Trigo Mezquita fue sin embargo muy discreto a la hora presentarse ante la sociedad. Por eso su figura es hoy apenas conocida, circunstancia que José María de Jaime Lorén (farmacéutico titular y propietario de esta farmacia online) y TriNa[1] han tratado de paliar con la publicación de un libro biográfico en el que ocupa un lugar preeminente la historia del refresco Trinaranjus.
Desde la Farmacia Online De Jaime de Valencia, esperamos les haya resultado interesante este breve post.
[1]JAIME LORÉN, J.M. DE (2016): Agustín Trigo Mezquita, farmacéutico valenciano inventor del Trinaranjus. Valencia, TriNa, 232 p.