Durante esta primavera del 2017 las autoridades sanitarias están advirtiéndonos constantemente que va a ser un verano extremadamente caluroso. Las radiaciones solares explican van a ser potencialmente nocivas y debemos extremar las precauciones en aras de proteger nuestra piel (y la de los nuestros, por supuesto). Las recomendaciones son claras y concisas. Debemos usar protección solar siempre, en la cantidad correcta y repetir las aplicaciones tantas veces sea necesario.
En este post vamos a hacer hincapié en otro problema asociado a los baños de sol. No nos vamos a centrar en la prevención, más bien en los tratamientos posteriores para minimizar el daño causado por el agente pernicioso para la salud pública. ¿Qué debemos de hacer después de una exposición, intensa o no, al sol? ¿Qué le pasa a nuestra piel después de estar delante del astro rey durante un espacio de tiempo considerable?
Sobre nuestra piel inciden básicamente 2 tipos de radiaciones: las infrarrojas y las ultravioleta. De estas últimas hay 3 tipos: las UVA, las UVB y las UVC. Cada una de las cuatro tiene un efecto diferente sobre las células de la dermis. Las IR básicamente producen calor. Paralelamente generan una vasodilatación intensa y el eritema posterior de la piel. Los UVA son los responsables de la activación de los melanocitos y del bronceado, los que nos gustan más. Los UVB son los responsables de las quemaduras y las ampollas, ya que producen también un incremento severo en la temperatura de la piel. Los UVC provocan sequedad, rugosidad, aspereza en las células epidérmicas. Estos últimos hacen que la piel altere su color natural, surjan las dilataciones de los capilares sanguíneos y, en casos severos, hasta cáncer de piel.
Si no tratamos nuestra piel después de la exposición solar –incluso con protección solar- las células de la dermis se alteran. La piel pasa a tener un aspecto sucio y como sin pulir debido a la deshidratación intensa, aparecerán también los capilares dilatados en la zona del cuello, hematomas en las manos, engrosamiento de la piel en diferentes áreas sobreexpuestas, hiperpigmentación…
Para prevenir todos estos males los laboratorios farmacéuticos comercializan los conocidos Aftersun. Son tratamientos, como su propio nombre indica, formulados para aplicar una vez se ha finalizado la exposición (after-después, sun-sol) y la piel está limpia y seca.
Uno de los más usados actualmente es la planta del aloe vera. Y es así por varios motivos. Posee un amplio elenco de propiedades terapéuticas: antiinflamatorias, hidratantes, refrescantes, suavizantes, protectoras, antioxidantes e inmunomoduladoras. Además es un regenerador celular que va a calmar y a hidratar nuestra piel. Actúa inhibiendo el dolor y la inflamación y estimulando la curación de heridas y quemaduras.
Por su gran versatilidad se puede usar sobre la piel como aftershave, después de la depilación, como hidratante, en quemaduras, en cortes, en abrasiones, en picaduras de insectos, para después de peelings… Como vemos, adquiriendo un buen aloe vera, es decir 100% aloe, tenemos un cosmético de gran utilidad para toda la familia.
Al ser completamente natural es capaz de reducir las rojeces drásticamente sin alterar nuestra piel incluso en paciente con hipersensibilidad. Además, lo podemos usar tantas veces al día como sea necesario. No altera las propiedades dérmicas.
La Farmacia de Jaime se congratula en ofrecerles el Hidraloe Gel de 250ml. Un producto 100% aloe barbadensis con la garantía de laboratorios Sesderma. Ahora con la promoción 2 x 1. Un total de 500ml por un precio magnífico: 12.50 euros. No la desaproveche.
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Desde la Farmacia Online De Jaime de Valencia, esperamos les haya resultado interesante este breve post.
José Mª de Jaime Ruiz
Farmacéutico Farmacia de Jaime