En mayo de 1986 culminábamos nuestro grado de doctor en Ciencias Biológicas con una tesis doctoral dedicada a Los animales a través de la literatura paremiológica castellana, en la que recogíamos más once mil refranes de todo tipo de animales, pero dominando ampliamente los domésticos.
En efecto, los équidos, bóvidos, suidos, cánidos y félidos, con el complemento de aves como las gallinas o los patos, o insectos como las abejas, es decir los animales que preferentemente merecen la atención veterinaria,conforman la mayor parte de este Refranero Zoológico, mientras la fauna salvaje apenas aporta al mismo una pequeña proporción de paremias y de dichos sentenciosos. De ahí que no sería una denominación muy inadecuada la de llamarlo también Refranero Zootécnico.
En todas y cada una de las más de once mil fichas que conforman esta colección, hemos tenido el cuidado de anotar los diferentes autores que mencionan cada refrán en sus colecciones particulares. De esta forma es posible seguir la evolución de estos dichos populares hasta conocer a los primeros paremiólogos que los recogen en sus libros. Algún dicho llega hasta el mismo Marqués de Santillana o a los viejos manuscritos del final de la Edad Media o de comienzos del Renacimiento. Aunque la mayor parte de nuestros refranes clásicos se encuentran ya en las colecciones de Hernán Núñez el Comendador Griego, Gonzalo Correas o Pedro Vallés. Esta circunstancia nos permite en muchos casos realizar una datación aproximada de todas y cada una de estas sentencias populares.
Pero con ser importante esta aportación, tampoco es desdeñable la posibilidad de conocer los nombres de los pueblos, villas, ciudades, ríos o montes que también aparecen citados en muchos refranes. Esta es, precisamente, la base de nuestra comunicación, dar a conocer algunos de los lugares geográficos mencionados en este Refranero Zoológico o Zootécnico, para la cual conservaremos la grafía de los textos originales que los mencionan por primera vez. Vamos a verlos.
Geografía del Refranero Zoológico
Entre el abundante material paremiológico recogido a lo largo de nuestras pesquisas, buen número de refranes zootécnicos mencionan textualmente diversos accidentes y lugares geográficos de la Península. Teniendo en cuenta la enorme variedad de la misma, tanto desde el punto de vista orográfico como climático, que condiciona la existencia de hábitats perfectamente delimitados y diferenciados, no debe sorprendernos que muchas de las afirmaciones y de los comentarios que encierran estos pequeños conceptillos de la literatura popular, se refieran y circunscriban a áreas y aun a pueblos y lugares muy concretos de nuestra geografía. Por eso, fuera del ámbito específicamente mencionado, el refrán pueda muy bien cuestionarse o ponerse en duda la veracidad del mismo. Es el caso de “Quando vieres el arco hazia Ledesma, dexa los bueis y vaite al aldea” o, como dicen en Pontevedra, “Tronada hacia tierra, sardina en la Serra”.
La casuística que plantean estos adagios geográficos es de lo más variopinta, si bien abundan bastante los que enumeran las producciones zootécnicas de los diferentes lugares y regiones de España: “Vaca gallega, cabra de Ronda, potro de Córdoba, mastín navarro”, “La Alcarria, flores y abejas”, “Cabritos i palmitos i miel i zera, de Cartaxena”, “Málaga: vino, pasas, boquerones y batatas”.
Claro que muchas veces la descripción de las producciones más típicas y representativas de nuestros pueblos, se prestan a chistosas interpretaciones, “En Azuaga melones, y en Berlanga lechones”, “Trucha de Nela y puta de Mena, carnero de Buitrón y villano de Sasamón”. Lo que no sabemos es cómo nos responderán en estos pueblos, si preguntamos con estos dichos populares por sus producciones típicas. Por supuesto, con la mejor buena fe del mundo. Lo mismo que decir “En Tierra de Barros, burros y guarros”, o “Catalán, gallego y burro negro, para molerlos”.
Otras veces los animales son elementos secundarios en el discurso, como por ejemplo cuando se busca destacar la situación topográfica de las localidades, sus condiciones atmosféricas, los montes que hay en las proximidades, la escasa distancia que separa algunos pueblos, “De San Juan a Plan, las gallinas van”, como hemos escuchado en estos lugares del pirineo oscense, o ciertas predicciones meteorológicas pues “Cuando ruxier la barra de de Mohías, busca leña para quince días; si ruxier la de Barrayo, uñe los bueyes y ponlos al carro”, que anuncian mal y buen tiempo respectivamente.
En ocasiones los refranes adoptan una actitud descriptiva y hablan de los monumentos, templos y santos que se veneran en distintos puntos de la geografía hispana, como “El milagro de Santo Domingo de la Calzada, que cantó la gallina después de asada”, “En la pellejería de Burgos nos veremos, dijo una zorra al despedirse de otra”, “Bachiller, que es como llaman al asno en Salamanca”.
Hay también bastantes paremias que deben interpretarse en sentido figurado, “En Madrid como en Linares, veinte mulas son diez pares”, o “Salida de caballo andaluz, y parada de burro manchego”.
Comparaciones siempre odiosas
De los materiales folclóricos recolectados hay asimismo un sector importante que establecen comparaciones de unos pueblos con otros. Algunos elogian lo que más llama la atención, “En Caspe, capones gordos y grandes”, “Los potricos de Jaén, que acaban mal y empezaron bien”. Pero muchos más se dedican a ridiculizar usos, costumbres y asuntos que realmente no merecen tal censura, pero que, como consecuencia de esa individualidad de horizontes cortos y espíritu tribal que ha presidido siempre nuestro mundo rural, se ha originado una fuerte rivalidad entre los habitantes de pueblos y comarcas vecinas, dando lugar a una serie de refranes agresivos y cáusticos: “En Cañamero, comen la burra por carnero, y el alcalde, por más honra, lleva la cola”, Adelante los de Cascante, siete con tres orejas, y las dos las lleva el asno”, que moteja de ladrones a los habitantes de este pueblo navarro en memoria del castigo inquisitorial de arrancar las orejas a los reincidentes en el hurto, “Los de Olmedo, que conocieron a la burra por el pedo”, “En Morcín, entre tres aparejan un pollín: uno apareja, otro tiene y otro mira si va bien”. Y, va por nuestros anfitriones, “De Jaén ni burra ni mujer, y en caso de duda deja la mujer y tráete la burra”.
Estos refranes quieren ser el retrato o caricatura de sus habitantes, expresados en un pensamiento breve, mordaz, a veces poco piadoso, pero siempre chispeante y divertido. Tienen gracia algunos, razón de ser casi todos. La exageración, la burla, la ironía y el picadillo hacen el resto. Más ejemplos: “Para gochos Teverga, que tienen la oreja larga; y para burros Quirós, que les sienta bien la carga”, “En Bechí, ni dona ni rocín, ni cosa que valga de allí”, “De Ronda, ni buen viento ni buen casamiento, ni buena hoz de podar, ni buen buey de arar”.
La enemistad entre pueblos y lugares vecinos es lo suficientemente grande que no debe extrañarnos que se plasme en coplas, refranes y dichos populares ricos en insultos y aun en ofensas graves. Si fuesen fundados nos harían formar una mala opinión de los agraviados, pero en la mayoría de los casos no tienen otra justificación que buscar el sonsonete y la rima de los pareados, como sucede con el lugar segoviano de “Adrada de Pirón, en cada casa un ladrón, menos en casa del alcalde que lo son el hijo y el padre, en casa del regidor que lo es hasta el asador, en casa del aguacil que lo es hasta el candil, y en casa del señor cura que lo es hasta la mula”.
Para todos hay candela, pues no hay región, comarca o lugar que se escape de dicterios y de críticas, aunque se llevan la palma Castilla y Andalucía. De estas tierras encontramos la mayor proporción de lugares geográficos que figuran en las 531 referencias que aparecen en nuestro Refranero Zoológico.
Queremos terminar con este refrán que recuerda lo más saliente de algunos pueblos de esta bella tierra jienense: “Asnos en Xaén, burras en Bexigar, hombres en Baeza, mujeres en Úbeda, bueies en la Serena, mentiras en Sayote, en Villacarrillo trigo, en Torafe frío, en Villanueva gala, en Beas frescura, tontos en Hornos, vellacos en Segura”.
Desde la Farmacia Online De Jaime de Valencia, esperamos les haya resultado interesante este breve post.
José María de Jaime Lorén
Farmacéutico Titular Farmacia de Jaime