¿El Barefoot Running o correr descalzos puede ser un preventivo para lesiones?
   09/08/2017 18:21:37
¿El Barefoot Running o correr descalzos puede ser un preventivo para lesiones?

El barefoot running (BFR), traducido del inglés como funcionamiento natural, es la nueva moda de correr descalzo o con un calzado reducido a su mínima expresión. El punto de inflexión fue la comercialización de la zapatilla moderna (tacón acolchado, soporte para el arco y suela rígida) a comienzos de los años 70 del siglo pasado. No obstante, hasta finales del s. XIX el hombre utilizaba calzado efímero para las competiciones atléticas, o no utilizaba, como observamos en la ilustración.


Sin embargo, recientemente se ha incrementado el número de corredores que prefiere volver a los inicios, es decir, se inclinan más por entrenar descalzos. ¿El motivo? Hoy en día, la mayor preocupación de los médicos especializados en competiciones deportivas es la alta frecuencia en las lesiones. A raíz de eso, han surgido ciertas publicaciones, firmadas por expertos en el tema, que afirman que es posible que la acumulación de lesiones en los atletas esté íntimamente relacionada con la utilización de calzado de rígida -como la del calzado deportivo- para entrenar.


Obviamente, no todo el sector ha respondido a esta nueva tendencia de la misma forma. Por un lado están los expertos del deporte profesional que valoran positivamente esta novedad y recomiendan el BFR. Ellos consideran que correr descalzo es más natural y, por ende, mejor para el deportista; argumentando que el ser humano ha recorrido descalzo, o con calzado mínimo, largas distancias durante millones de años y está más adaptado a desplazarse así que con zapatillas.
En el campo opuesto tenemos a los escépticos a dicha teoría. Éstos consideran que correr descalzo es un capricho peligroso que debe evitarse. Este elenco de autores cree que las lesiones repetitivas están más ligadas a asimetrías en la estructura ósea o a entrenamientos inadecuados y no tanto a la relación con el calzado utilizado para las carreras.


En los diferentes artículos repasados, hemos podido ver algunos datos interesantes a considerar a favor de los entrenamientos con BFR. Por ejemplo, hay estudios científicos que confirman que el uso de calzado desde la infancia, como ocurre en todos los países desarrollados, influye en la función y el crecimiento del pie.

 

En países subdesarrollados o en vías de desarrollo, el porcentaje de niños con pies planos en áreas metropolitanas es superior al de las áreas rurales debido al diferente calzado utilizado. En las poblaciones de zonas urbanas (generalmente más acomodadas) el uso de calzado está mucho más extendido que en zonas agrarias (generalmente más pobres), en las cuales van mayoritariamente descalzos o, a lo sumo, con sandalias. Los pies de estos últimos niños son más flexibles, mejor desarrollados longitudinalmente y presentan en su mayoría un buen arco interno.
Los diferentes autores que han analizado el tema desde una perspectiva médico- evolutiva, han encontrado tres causas principales, achacables al calzado, que pueden provocar lesiones. En primer lugar, el calzado limita la propiocepción, es decir, el “tacto” de nuestro pie al pisar, el cual a través de sus nervios ofrece muchísima información al cerebro sobre las características del suelo que estamos pisando. Si nosotros intercalamos una superficie rígida como la suela de la zapatilla deportiva (por muy blanda y confortable que sea) entre la planta del pie y la superficie, estamos perdiendo información sobre ésta última y generando riesgos, entre ellos, las lesiones.


La retroalimentación sensorial de la superficie plantar del pie se desarrolló en los primeros seres vivos a cuatro patas como una adaptación a las características de detección de la tierra: dureza, rugosidad, desnivel y la presencia de objetos peligrosos como las piedras. La propiocepción de la planta del pie activa los reflejos y ayuda al sistema nervioso central a la toma de decisiones, que por otro lado también ayuda a aumentar la estabilidad y evitar lesiones. Está demostrado que los corredores con zapatillas padecen un mayor número de esguinces que los que entrenan en BFR.


En segundo lugar, el calzado deportivo moderno presenta algunas características (como tacones elevados, suelas rígidas, gran amortiguación…) que pueden generar una mayor comodidad de la pisada, pero al mismo tiempo, causar un cambio negativo en la forma de correr, haciendo que la musculatura intrínseca del pie no actúe lo suficiente.
Por último, se ha demostrado que el calzado puede contribuir a formar unos pies débiles y poco flexibles, especialmente en los músculos del arco longitudinal y durante la infancia, cuando el pie está creciendo. Esta condición de debilidad en el arco interno puede ser una de las causas en fascitis plantares recurrentes.

 

Respecto al consumo energético del organismo, los diferentes autores están bastante consensuados en la opinión de que el barefoot running consume menos calorías que correr con zapatillas. Ya que en BF es la musculatura la que hace de amortiguadora reduciendo así el consumo de O2 y la energía metabólica.
El BFR también disminuye el tiempo de paso o tiempo de contacto. Esto ayuda a limitar el largo impacto de las fuerzas y a que el sistema musculo esquelético absorba esa energía disminuyendo así el riesgo de sufrir lesiones.


Pero no todo son ventajas. Se ha demostrado que los corredores versados en BFR tienen predisposición a descargar todo el peso de la pisada en la parte delantera del pie y eso puede generar una presión excesiva en esa área causando lesiones.
La proporción de descarga de peso en una parte u otra del pie, depende en su mayoría del tipo de suelo sobre el que sea la carrera, aunque también influye la velocidad del corredor y la fatiga que acumule. Por lo general, en superficies blandas como la hierba, el apoyo suele ser en retropié, en la parte próxima al talón. La pisada en zona media suele acontecer cuando se atraviesan superficies duras. Pero, como hemos comentado, correr descalzos constantemente provoca que se centre el peso sobre todo en antepie, con el consiguiente riesgo de lesiones en esa zona.

También se han encontrado otros perjuicios en el BFR, como por ejemplo las tensiones musculares en los músculos de la pantorrilla, fracturas por estrés de las cabezas de los metatarsianos y lesiones del tendón de Aquiles.

Así, a día de hoy no se tienen pruebas definitivas que consoliden el Barefoot Running como el entrenamiento perfecto del jogging, pues también las hay con perjuicio demostrado para el corredor. La realidad es que cada vez hay más barefoot runners y eso es un dato a favor de este modelo de training. Estaremos atentos a las novedades para seguir informándoles.

 

Desde la Farmacia Online De Jaime de Valencia, esperamos les haya resultado interesante este breve post dedicado al Barefoot running.

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José Mª de Jaime Ruiz
Farmacéutico

 

Bibliografía

1. ¿Existe alguna relación entre barefoot running y la disminución de lesiones en corredores? Revisión sistemática. Zabala Arteche, Jone. URI: http://hdl.handle.net/123456789/116. Fecha: 2014-03-10
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3. 2. Derya Ozera, Gamze Senbursaa, Gul Baltaci a, Mutlu Hayranb. The effect on neuromuscular stability, performance, multi-joint coordination and proprioception of barefoot, taping or preventative bracing. Hacettepe University, Faculty of Health Sciences, Dept of Physiotherapy and Rehabilitation, Sports Physiotherapy Unit, 06100 Ankara, Turkey. Accepted 25 August 2009.
4. Echarri, J.J., 2003. The development in footprint morphology in 1851 Congolese children from urban and rural areas, and the relationship between this and wearing shoes. Journal of Pediatric Orthopaedics B, 12, 141–146.
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