Es conocida la presencia de la miel en las farmacopeas de todas las civilizaciones, desde las más antiguas hasta las actuales. En aquellas tuvo una gran importancia pues, hasta que los árabes no difundieron por occidente el cultivo de la caña de azúcar, la miel fue durante miles de años el único edulcorante que tenían a sus disposición los encargados de elaborar los remedios medicamentosos.
También se ha usado la miel en la farmacia por sus virtudes medicinales intrínsecas, si bien en este caso en mucha menor escala. Pues bien, aunque sus propiedades han aprovechado especialmente en las afecciones del aparato respiratorio, también hemos podido conocer otros usos en el campo de la oftalmología, si bien en dolencias que no siempre es fácil de identificar. Vamos a verlas.
En las afecciones de la vista Galeno usaba una mezcla formada por una parte de hiel de tortuga por cada cuatro de miel. Tal vez la fórmula estuviese relacionada con la creencia supersticiosa de la participación de las abejas en la predicción del porvenir, o bien para atisbar con mayor claridad el futuro.
Para empezar, recordar que estudios contemporáneos han demostrado que la miel entraba en la composición de bastantes colirios y de otras fórmulas usadas en dolencias oculares por los médicos romanos[1]. Veamos algunas:
- Liquidae oculares compositiones.- Galeno dedica todo un capítulo con este mismo epígrafe, en el que van una treintena de fórmulas de colirios líquidos o hidrocolirios que suelen tener hiel y miel en su composición.
- Hygrocollirium ad habetudinem oculorum.- Con este nombre se conoce un colirio líquido de Alejandro de Tralles cuya composición es como sigue: “Pompholygis Elotae cochlearia sex, Opobalsami cochlearium, Mellis cochlearia due, vino no gypsati vetere & albi quod satis est”. Después de bien mezclado se deja reposar tres días y se echa todo en un vaso de vino, cuando va a usarse se remueve el contenido del vaso y se aplica sobre el ojo con un specillo.
- Collyrium sabor.- Figura en una obra apócrifa de Galeno, Galenis de Oculis a Demetrio traslatus, posiblemente traducida al árabe a finales del siglo IX; se usaba para “los pelos que se caen de los párpados”, con la fórmula que sigue: “Cassium dactylorum drac. iiii; Cadmîae drac. ii”. Se mezcla todo con miel y después se hace el colirio.
Dioscórides
Pero la obra más rica en información sobre medicamentos de todo el periodo clásico es la Materia médica de Pedacio Dioscórides Anazarbeo[2], compuesta en el siglo I d.C. en cinco libros. Médico de las legiones romanas, recogió cuanta información obtuvo por los lugares donde le llevó su carrera militar. De forma sintética, los remedios de uso psiquiátrico que cita son:
Casia: Recomendada “en remedios oftálmicos para una vista penetrante” aplicada como ungüento con miel, seguramente por su virtud constrictiva (1, 120)
Cinamomo: “Elimina las nubes de los ojos” aplicado como ungüento con miel
Balsamero: Por su carácter calorífico el licor “limpia las nubes de las pupilas” aplicado con cerato rosado (1, 128)
Cáncamo: Con aguamiel “quita con rapidez las cicatrices de los ojos y desleído en vino cura la ambliopía [ojo vago]” (1, 132)
Perfume de azafrán: Mezclado con cera actúa contra la formación del glaucoma (1, 154)
Mirra: Con casia y con miel cola las llagas de los ojos y limpia los leucomas y las sombras de las pupilas y elimina los tracomas (1, 163)
Terebinto: Con miel confirma las pestañas caducas (1, 173)
Ciprés: Nueces majadas con vinagre y mezcladas con cerato contra las inflamaciones de los ojos (1, 179)
Álamo blanco: Las esferitas que aparecen en la germinación de las hojas majadas con miel curan la ambliopía (ojo perezoso) (1, 185)
Amurca (hez de aceituna exprimida): Con vino melado se usa en medicinas oftálmicas (1, 202)
Zumaque: Hojas con vinagre y miel “contienen las excrecencias de la caráncula [glándula] lagrimal y las fagedenias [úlcera maligna]” (1, 210)
Mejillón: Con miel usado “para las medicinas oftálmicas, porque consumen las crasitudes de los párpados y resuelven los leucomas y las nubes de diferentes tipos de pupilas” (1, 237)
Caracol terrestre: Su ungüento con miel limpia las cicatrices de los ojos, leucomas, efélides y ambliopía” (1, 239)
Huevo: La clara “mitiga las inflamaciones de los ojos, si se embebe en un poco de lana y se aplica, mezclados con ella aceite rosado y vino con miel” (1, 235)
Golondrina: Comida directamente agudiza la vista. Quemada en una olla, las cenizas aplicadas como ungüento con miel “hace la vista penetrante” (1, 258)
Grasa: “La grasa de los peces de río, aplicada como ungüento, derretida al sol y mezclada con miel, agudiza la vista. La grasa de víbora es eficaz contra la ambliopía y también contra las cataratas, mezclada con resina de cedro y con miel ática y con igual cantidad de aceite viejo” (1, 277-278)
Hiel: “Las hieles que son para fármacos oftálmicos, atándolas con un hilo, ponlas en un vaso de vidrio que tenga miel y, una vez que se ate el cabo del hilo a la boca del vaso, tapándolas, guárdalas”.
Orina: “Cocida en un vaso de cobre, con miel corrige las cicatrices, manchas de la córnea y nieblas de la vista” (1, 283-284)
Miel: “Limpia también las sombras oscuras de las pupilas” (1, 285)
Lenteja: Cocida con meliloto o membrillo, se añade miel y cura las inflamaciones de los ojos (1, 302)
Lechuga cultivada: “Bebido su licor con ojimiel, dos óbolos de peso, purga las acuosidades, purifica las manchas de la córnea y nieblas de la vista” (1, 323)
Cebolla: “Su zumo, aplicado con miel, socorre para ambliopías, manchas de la córnea, nubecillas y comienzos de cataratas” (1, 331)
Ajo: “Quemado y mezclado con miel, aplicándolo, cura las contusiones del rostro, en la parte inferior de los ojos” (1, 333)
Mostaza: “Purifica el rostro y elimina las contusiones en torno a los ojos, mezclada con miel o con grasa de cerdo o con cerato […] Su zumo, con miel es conveniente contra la ambliopía y, aplicado como ungüento, contra las asperezas de los párpados” (1, 334)
Ciclamen: “Su zumo, aplicado como ungüento con miel, es conveniente contra las cataratas y contra la ambliopía” (1, 342)
Murajes: “Con miel ática, resuelve las manchas de la córnea y es beneficioso contra la ambliopía” (1, 357)
Celidonia mayor: “Su zumo mezclado con miel y cocido en un recipiente de cobre sobre las brasas, es conveniente para la agudeza de vista” (1, 360)
Centaurea sutil o menor: “Su zumo es muy útil para las medicinas oftálmicas, porque, con miel, resuelve las sombras de las pupilas
Tragacanta: Goma usada “para medicinas oftálmicas” en forma de electuario con miel (1, 382)
Aloe: “Con miel, elimina las ojeras y contusiones de ojos, modera el dolor de la blefaritis y de los lagrimales […] Se tuesta también para las medicinas de los ojos, en un vaso de cerámica limpio y candente, moviéndolo con una cuchara, hasta que se abrase de forma homogénea. Se lava, separando lo arenoso como inútil, y se coge lo muy graso e igual” (1, 385)
Ajenjo: “Con miel, para las contusiones de ojos y ambliopías” (1, 386)
Mejorana: “Sus hojas secas aplicadas con miel en cataplasma, resuelven las contusiones en torno a los ojos” (1, 399)
Ruda: Su zumo adicionado de “zumo de hinojo y miel y echado en los ojos, es beneficioso contra la vista débil” (1, 404)
Ruda silvestre: La simiente “majada con miel, con vino, con hiel de gallina, con azafrán y con zumo de hinojo, es conveniente contra la ambliopía” (1, 405)
Libanótide: “El zumo de la raíz y de la planta, mezclado con miel y aplicado como ungüento, agudiza la vista” (1, 424)
Silfio: El licor de hojas y de tallo “untado con miel, agudiza la vista y resuelve la catarata que comienza” (1, 430)
Sagapeno: Disuelto su licor en miel “limpia las cicatrices de los ojos, fortifica la vista, elimina las sombras de las pupilas de los ojos y las cataratas” (1, 432)
Euforbio: “El licor, aplicado como ungüento, tiene virtud de resolver las cataratas. Abrasa durante un día entero, por eso se mezcla con miel y con colirios, en proporciones a la agudeza” (1, 433)
Marrubio: El zumo “aplicado en unción con miel, agudiza la vista”.
Hormino: “Con miel elimina las manchas de la córnea (árgema)” (1, 463)
Parnasia: Su “jugo, cocido con una cantidad moderada de vino y de miel y con media parte de mirra y la tercera parte de pimienta y de incienso, es un fármaco excelente para las afecciones de los ojos” (2, 27)
Zarza idea: “Su flor con miel, majada y aplicada como unción, es útil para las inflamaciones de ojos” (2, 31)
Cincoenrama: El zumo de sus hojas “aplicado como cataplasma, con sal y con miel, sana las heridas, elimina las fístulas y las excrecencias de la carúncula lagrimal” (2, 33)
Beleño negro: Su simiente es eficaz contra “la fluxión y dolor vivo de los ojos” si se bebe con aguamiel (2, 53)
Orovale: “El zumo de la raíz, en unción, con miel, disminuye la debilidad de la vista” (2, 56)
Gordolobo: Sus hojas cocidas en agua se aplican en cataplasma sobre hinchazones e inflamaciones de ojos, con miel o con vino (2, 80)
Trébol: “Exprimido su zumo y mezclado con miel, elimina las manchas de la córnea, nubecillas, leucomas y las sombras de las pupilas” (2, 83)
Equino: “Su fruto, mezclado en cantidad de dos dracmas con cuatro de miel, si se aplica como unción, reprime las fluxiones de ojos” (2, 98)
Flor de la vid: “Verde y seca, majada con miel, azafrán, aceite rosado y mirra, es una cataplasma que preserva de inflamación a […] las fístulas lagrimales en sus comienzos”, también se usa en fluxiones oculares (2, 147)
Cardenillo raído: “Aplicado en unción con miel, adelgazan los párpados hinchados; se debe usar una esponja con agua caliente después de la unción” (2, 196)
Calcita: “Quemada y majada con miel, es más útil para los fármacos oftálmicos, resolviendo las callosidades y asperezas de los párpados. Instilada en forma de colirio, es remedio contra las fístulas” 82, 212)
Nitro: “En unción con miel, hace aguda la vista” (2, 224)
Piedra hematites: “Detersiva de las cicatrices de los ojos y de los tracomas, con miel” (2, 233)
Dragontea: “Se hacen de ella con miel colirios” (Pseudo Dioscórides, 3, 269)
De los 53 productos de materia farmacéutica citados en un sólo caso la miel actúa como principio activo como coadyuvante o excipiente.
En cuanto a las dolencias para las que se usaba la miel, encontramos que generalmente una misma droga medicinal podía usarse junto a los productos melados con que se administraba para dolencias de lo más variado. Por orden decreciente de importancia numérica tenemos los usos siguientes:
- Cataratas o “nubes en los ojos”: 16
- Leucoma, manchas u opacidad corneal: 12
- Agudizar la vista o hacer más penetrante la visión: 11
- Llagas, cicatrices o contusiones oculares: 11
- Ambliopìa, ojo vago u ojo perezoso: 10
- Inflamación ocular: 7
- Glándulas lacrimales: 5
- Tracoma o conjuntivitis: 3
- Fluxión ocular: 3
- Blefaritis: 1
- Glaucoma: 1
- Pestañas: 1
Hay además 9 referencias generales a colirios y otros fármacos oculares. En cualquier caso y considerando los problemas que siempre ha planteado la identificación de las enfermedades en los textos clásicos de medicina, entendemos que siempre ha sido muy importante la presencia de los productos de la colmena en la farmacopea clásica.
[1] CASTILLO OJUGAS, J. (1967): Los coliros con óxido de cinc. Tesis doctoral extractada. Boletín de la Sociedad Española de Historia de la Farmacia, 70, 49-81
[2] DIOSCÓRIDES (1998): Plantas y remedios medicinales (de Materia Médica). Madrid, Gredos, 2 vols.
Desde la Farmacia Online De Jaime de Valencia, esperamos les haya resultado interesante este breve post.
Pilar de Jaime Ruiz
Médico Psiquiatra
José María de Jaime Lorén
Farmacéutico
Francisco Mulet Zaragoza
Farmacéutico