Leishmaniosis canina
   02/02/2017 03:27:59
Leishmaniosis canina

La leishmaniosis canina es una enfermedad parasitaria causada por la multiplicación, dentro del sistema fagocitario del perro, del  protozoo Leishmania infantum. También conocido este parásito como Kinetoplastida Trypanosomatidae, por su evidente orgánulo mitocondrial llamado kinetoplasto, como se observa en la figura inferior.


El agente vector en la transmisión de la enfermedad es un insecto del género flebótomo, la denominada también mosca de la arena. Las especies presentes en España son el phlebotomus ariasi y el phlebotomus perniciosus. Este flebótomo es un mosquito de reducido tamaño (2 a 3 mm de longitud), de color amarillento y que presenta pelos en todo su abdomen, extremidades e incluso en las alas.

Flebótomo HembraEl género del mosquito hematófago, como en muchas otras especies de dípteros, es el femenino. El tubo digestivo de la hembra de flebótomo es el lugar donde se multiplica y se transforma el amastigote, forma de la Leishmania procedente del reservorio (perro infectado), en promastigote, forma del protozoo con capacidad invasiva para un nuevo vertebrado, principalmente un cánido.

Este promastigote es inoculado vía intradérmica en otro perro al ser picado por un mosquito infectado. Esta forma flagelada (como observamos en la figura 3) es fagocitada por los macrófagos del tejido conectivo del perro. Dentro de los lisosomas de estos cuerpos defensivos del animal, acontece la maduración de los promastigotes en nuevos amastigotes. También es allí donde comienzan a multiplicarse de nuevo de forma exponencial hasta la destrucción completa de los macrófagos, uno tras otro, causando la enfermedad. Sin embargo, no es en sí el propio parásito el causante de la sintomatología de la leishmaniosis, sino la reacción del sistema inmunitario del animal ante su presencia.

Amastigotes Leishmania InfantumLos estudios analizados hablan de varios casos posibles de evolución de la leishmaniosis. Por un lado, que el perro sea resistente al protozoo y se convierta así en un portador asintomático, pues esa resistencia no es capaz de eliminarlo. Bien que padezca problemas gastrointestinales severos: hemorragias, vómitos, falta de apetito… Podría manifestar sintomatología dermo-cutánea, además de la digestiva, que es el caso más recurrente, y padecer: alopecias, úlceras, dermatitis, lesiones en trufa nasal….  Por último, los casos más virulentos pueden desembocar en problemas renales graves y afectaciones severas del sistema linfático y del sistema nervioso; pudiendo causar incluso la muerte del can.

 

 

Cuadro clínico del perro infectado por leishmania infantum

Una vez conocido como es el desarrollo de la enfermedad a grandes rasgos, vamos a intentar describir un cuadro clínico estándar de un perro enfermo de leishmaniosis.
Normalmente la sintomatología se observa a nivel cutáneo e interno del perro al mismo tiempo. Pueden darse casos de unilateralidad pero no es lo frecuente.
En la piel las manifestaciones más comunes son las siguientes: Kinetoplastos

  1. Alopecia con descamación, principalmente a nivel facial y flancos. 
  2. Dermatitis exfoliativa en áreas de presión, pabellones auriculares, etc.
  3. Lesiones en cojinetes plantares.
  4. Lesiones en la trufa nasal: despigmentación, erosión, costras…

A nivel general e interno, el cuadro clínico muestra algunos de los siguientes síntomas:

  1. Anoréxia, abatimiento, adelgazamiento, caquexia…
  2. Hepatomegalia, esplenomegalia, adenopatias, afectación renal como la glomerulonefritis en casos severos.
  3. Problemas oculares: blefaroconjuntivitis, queratitis, uveítis...
  4. Anemia, leucocitosis que pasará a leucopenia, trombocitopenia, epistaxis.
  5. Hiperproteinemia, hipoalbuminemia, hipergammaglobulinemia.
  6. Problemas digestivos: hemorragias y vómitos frecuentes.
  7. Insuficiencia renal

Leishmania. Distribución geográfica.

Lesiones cojinetes plantaresLa leishmania, a causa del clima cálido y húmedo, es endémica de toda la cuenca mediterránea de nuestro país. Aunque, actualmente se ha distribuido mucho por el resto de la península ibérica debido al aumento de los viajes de las mascotas.
Según diversos estudios, el área mediterránea de España es una de las regiones con mayor riesgo de afectación de leishmania de toda Europa. Debido a la condición de endémica, esta patología veterinaria no se puede erradicar, solo se puede prevenir y tratar, pero no eliminar del todo.
La culpa de ello la tienen mayoritariamente los flebótomos, agentes clave en el desarrollo de la enfermedad, en su proliferación se cimienta básicamente la subsistencia de la Leishmania en todas sus especies. Estos insectos se reproducen con facilidad en zonas húmedas y con épocas estivales calurosas. No obstante, el cambio climático está siendo clave en que podamos encontrar diagnósticos de leishmaniosis canina durante todo el año.

Prevención

El tratamiento preventivo más sencillo es evitar las picaduras del flebótomo. Para ello, es importante saber que, como otros muchos insectos, la hembra del mosquito se alimenta principalmente por la noche. Por tanto, hay que evitar la exposición del animal cuando oscurece, incluso dentro de la vivienda. Como dato interesante, comentar que un perro estándar puede recibir del orden de 200 mordeduras de flebótomo en una sola noche.

El tratamiento preventivo más sencillo es evitar las picaduras del flebótomo. Para ello, es importante saber que, como otros muchos insectos, la hembra del mosquito se alimenta principalmente por la noche.

Los principales insecticidas y repelentes actuales son: el fipronil, metopreno, permetrina, imidacloprid, deltametrina… Se encuentran en formato de pipetas, collares, sprays, etc. Son los preventivos más frecuentes, los famosos nombres comerciales: advantix, scalibor…
La domperidona, el conocido antiemético humano, tiene una probada utilidad para tratar y prevenir la leishmania. Se comercializa en veterinaria como Leisguard de laboratorios Esteve.
Existe una vacuna comercializa por laboratorios Virbac y puede usarse en perros sanos a partir de los 6 meses de edad. La vacuna está compuesta por proteínas secretadas-excretadas (PSE), de la superficie de amastigotes y promastigotes de leishmania infantum. La eficacia de la vacuna ha sido demostrada en perros sometidos a una exposición parasitaria natural múltiple en zonas con alto riesgo de infección. El inicio de la inmunidad se efectúa después de cuatro semanas de la primera vacunación y la duración de la inmunidad es de un año.
No obstante, hay estudios que demuestran que los perros pueden responder de forma diferente ante el contacto con la leishmania. Esto se debe a la diferente respuesta inmunitaria de cada individuo. Los animales jóvenes y los geriátricos son los más vulnerables ante la leishmaniosis, ya que su sistema inmunitario es menos competente para afrontar la infección.
Por razas puede haber diferencias, aunque todas están expuestas. El Pastor Alemán, el Rottweiler, el Cocker Spaniel y el Bóxer, por ejemplo, tienen una probabilidad más alta de desarrollar la enfermedad según las estadísticas. Los podencos ibicencos, en cambio, muestran mayor resistencia y raramente llegan a sufrirla.

Hasta aquí esta pequeña revisión bibliográfica sobre la leishmaniosis canina. Desde la Farmacia Online De Jaime de Valencia, esperamos les haya resultado interesante este breve post. 

José Mª de Jaime Ruiz
Farmacéutico

Bibliografía

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