SOBRE LA PRIMICIA HISPANA EN CUANTO A LOS ENVÍOS DE ABEJAS EUROPEAS A AMÉRICA

José María de Jaime Lorén y Pablo de Jaime Ruiz

Universidad CEU-Cardenal Herrera (Valencia, España)

Introducción

Desde hace años se debate sobre el origen de los primeros envios de abejas europeas, Apis mellifera, al Nuevo Mundo. Las dificultades objetivas de efectuar con probabilidades de éxito el envío de estos insectos en las naos de la época de los grandes descubrimientos en aquellas singladuras interoceánicas, unido al relativo interés en fomentar en aquellas desconocidas tierras la industria colmenera, hace que no se conozca hasta fechas muy tardías documentación referida al embarque de colmenas con destino a América. Hasta el presente, los investigadores apícolas anglosajones han coseguido pruebas documentales de envios de colmenas de abejas europeas desde Inglaterra a sus colonias del norte de América en las primeras décadas del siglo XVII. No hemos sido pocos los investigadores hispanoamericanos que, sospechamos, que con anterioridad debieron efectuarse también ensayos similares desde los puertos españoles. En el presente artículo aportamos pruebas documentales que demuestran el temprano interés de la Corona de Castilla para fomentar la colmenería en las Antillas con poblaciones de abejas llevadas desde la metrópoli.

Renacimiento

Con mucha mayor rapidez que las plantas españolas que se llevaron a América, se propagaron en el nuevo continente los animales domésticos que llevaban las carabelas en sus primeros viajes. Caballos, vacas, ovejas, cerdos, cabras, asnos, perros, gatos, aves de corral y otros géneros de animales domésticos, hicieron junto a aquellos colonizadores la travesía hasta las posesiones de Ultramar, enriqueciendo la fauna americana con nuevas especies de animales.

Cuando en 1533 toma en Perú sus apuntes Antonio de Herrera destaca que "Los castellanos han dexado quanto bueno se produce en España, ai allá trigo, cevada ... abundantíssimamente Ovejas, Vacas, Cabras, Puercos, Caballos, Asnos, Perros, Gatos y otros tales, no los havía en el Perú i de acá se llevaron, i han multiplicado mucho, i hecho gran provecho, i mucho más la gallina de Castilla, de que los Indios sienten grandíssimo beneficio"1 .

Por lo que se refiere a las abejas, conocemos la demanda que se hacía a la metrópoli en los primeros tiempos de miel y de cera. De todas formas a medida que encuentran en muchos lugares las abejas autóctonas que producían una suerte de miel algo más agria y cera, estimamos que no tardarían en aprovecharla tanto en alimentación como en medicina. Igualmente sabemos que en las zonas colmeneras del Nuevo Mundo los nativos pagaban sus tributos en forma de miel y de cera. Todo ello, unido a la enorme dificultad que acarreaba el traslado con un mínimo de garantías de supervivencia de colmenas en las naos que surcaban el océano, hizo que de momento no hubiese mayor interés en llevar hasta América las abejas españolas.

Y eso que ya Alonso de Herrera en su "Obra de Agricultura", cuando habla excéptico del mito virgiliano de obtener enjambres de abejas a partir del cadáver de un novillo sacrificado según cierto ritual, lo sugiere en todo caso para llevar las abejas "a las islas que han hallado, que llaman de Antilla, si allá no las hay, y llevarlas vivas tan lexos y por mar, sería o imposible o a lo menos difícil"2 .

En ciertos territorios como Chile desde principios del siglo XVII se abogaba por la introducción de las abejas hispanas, cosa que no se hizo. Así al menos se expresaba González de Nájera: "Paréceme que si de España llevasen a aquella tierra enjambres en colmenas con sus panales, para que se sustentasen dellos, y bien tapadas, por lo que durase el viaje y camino, porque no se huyesen, que multiplicarían mucho, y hubiera mucha cosecha de miel y cera en aquel reino, así por ser templado como por abundar de varias flores"3 .

Aunque bastantes autores americanos se muestran convencidos de que algún tiempo después de la conquista llegaron desde España las primeras colmenas vivas a Méjico, no ha podido demostrarse de forma fehaciente. Ya en 1622 parece que los ingleses las llevaron a América del Norte, si bien se estima que hasta 1763 no entraron de forma estable las primeras abejas a Pensacola, de donde pasaron al año siguiente a la isla de Cuba.

La llegada de las primeras abejas inglesas a América

La explotación extensiva de Apis mellifera parece claro que se inició antes en las islas del Caribe que en el continente americano. Es posible que a éste llegaran abejas hispanas en los siglos XVI o XVII, casi seguro, sin embargo no hay duda de que estas primeras llegadas no debieron de resultar muy fructíferas.

La historiadora inglesa Eva Crane ha elaborado una gráfica con la relación de las islas caribeñas y las fechas en que, de forma más o menos segura, se sabe que llegaron allí abejas europeas. En la misma no hay la menor referencia a envíos de colmenas desde España pues, lógicamente, no tenía la menor confirmación documental de la hipótesis4 .

Según sus noticias las primeras abejas melíferas llegaron al Nuevo Mundo en 1617 a la isla de Bermuda, y debieron de tener éxito pues se sabe que en 1622 se exportaban desde allí pequeñas cantidades de miel y cera a otras colonias del continente. Barbados, que al igual que Bermuda había sido colonizada por los británicos, no debió tener tanta fortuna con las abejas europeas, pues en 1657 Purchas informa en su libro que allí fueron comidas por cierto pájaro, seguramente del género Tyranus. Al resto de Antillas Menores tardarían todavía en llegar estas abejas.

De lo que no hay duda es de que estas primeras explotaciones americanas de Apis mellifera las llevaron a cabo colonizadores europeos o sus descendientes directos. En efecto, tras tomar posesión de la isla de Bermuda la Virginia Company, en viajes sucesivos trasladó desde 1612 un buen número de colonos para instalarse allí y trabajar sus campos. Uno de ellos, Robert Rich, fue un activo agricultor que importó asimismo cabras, ovejas y abejas. El 25 de mayo de 1617 escribía a su hermano a la metrópoli para informarle que "las abejas que enviaste prosperan muy bien". En 1618 otro corresponsal de Bermudas escribía que "los terneros prosperaban y las abejas, pero no tan bien". En cualquier caso se sabe que desde 1622 se exportaba miel y cera a las Indias Occidentales y las colonias americanas, y parecidos envíos se repetían en 1679.

Testimonios sobre la presencia anterior de abejas españolas en América

Hasta aquí se exponen hechos comprobados documentalmente de envíos desde Inglaterra de abejas europeas al continente americano, no obstante, como se ha comentado antes, no faltan autores que estiman que con bastante anterioridad había ya abejas europeas llevadas allí desde España. Hay informes que dan a entender que en las primeras misiones jesuitas del desierto de Sonora mejicano se guardaban abejas en pleno siglo XVI, si bien no se ha podido confirmar con ningún documento original.

No se sabe a ciencia cierta cuando llegaron las primeras abejas melíferas a Nueva España, Brand5 recogiendo informes de varias procedencias concluye que los españoles posiblemente introdujeron este tipo de abejas entre 1520 y 1530. Por otra parte sabemos que Hernández, que estuvo en Méjico de 1570 a 1577, describe diferentes tipos de mieles entre ellas una "enteramente similar a la miel de España, idéntica y producida espontáneamente por abejas semejantes a las de España en huecos de árboles que los indios cortaban y que recolectaban en el suelo". Perkins por su parte cita un informe de 1660 donde textualmente indica que "un enjambre hizo colonia a bordo de un barco que iba de España al Nuevo Mundo, y al alcanzar el actual Veracruz las abejas volaron a tierra y se establecieron en un barril que les proporcionó cobijo como una colmena"6 . A su vez el P. Cobo menciona abejas americanas similares a las españolas.

Por el contrario Stoll opina que la introducción de abejas melíferas en el Nuevo Mundo hispano estuvo prohibida con el objeto de no perjudicar los intereses de los apicultores españoles, así como para proteger la producción de cera en Cuba. En la misma línea Calkins considera que las primeras abejas a la América hispana llegarían desde Cuba donde fueron introducidas desde Florida en 1764. En la "Historia de México" de Clavijero (1780-81) se dice: "Hay por lo menos seis diferentes especies de abejas. La primera es la misma que la común abeja de Europa, con la que coincide no solamente en tamaño, forma y color, sino también en la disposición y conducta, y en las cualidades de su miel y cera".

Documentación sobre envíos de abejas españolas a América

Las primeras pruebas documentales de la exportación de abejas europeas al continente americano proceden como hemos visto de 1617, y corresponden al envio de colmenas desde Londres a la isla de Bermuda. Sin embargo parecía difícil de explicar que durante los más de cien años precedentes no se hubiera hecho lo propio desde España, lo cual, unido a testimonios de cronistas y al evidente déficit que había en muchos asentamientos coloniales de cera e incluso miel, productos ambos de primera necesidad en la iluminación, medicina y alimentación, hizo a muchos suponer que con seguridad se hicieron intentos desde la metrópoli para llevar a las Indias colmenas de abejas, tal como se había hecho con toda suerte de animales a lo largo del siglo XVI.

A falta de las pruebas pertinentes, tratamos de indagar en el Archivo de Indias de Sevilla para orientarnos en torno a esta cuestión. La respuesta no tardó en llegarnos a la mano. Se trata de una "Real Cédula a los oficiales de la Casa de la Contratación para que se lleven colmenas de abejas a la isla Española, San Juan y Cubagua por la falta de miel y cera que hay en ellas". Fue expedida en Valladolid el 7 de diciembre de 1543, y se halla en el Archivo de Indias, sección Indiferente, 1963, libro 9, folio 11r.

Resulta de gran importancia este documento que viene a confirmar la hipótesis de la primicia española en la exportación de abejas europeas a América. Es cierto que no implica una confirmación evidente y completa, de la llegada de colmenas en condiciones de desarrollarse en el Nuevo Mundo, pues pudo no cumplirse la cédula o, de ejecutarse, que pereciesen durante la travesía los insectos. De todas formas demuestra la falta que allí había de miel y, sobre todo, de cera, y la voluntad de exportar colmenas. Por otra parte no es fácil que se dejase de cumplir la ordenanza, e indica que no se apreciaban en principio dificultades técnicas insuperables para efectuar el traslado de las colmenas.

La copia de tan importante documento la reproducimos al lado. Al margen se lee: "Para que se lleben a la Spañola, Sant Joan y Cuba algunas colmenas de auejas", mientran que en el resto del documento con dificultad se aprecia el apremio de la corte española para el envio de colmenas de abejas a las colonias isleñas del mar Caribe.

En cuanto al tipo de barco en el que presumiblemente hicieron estos primeros embarques de colmenas, la historiadora inglesa sugiere los viejos galeones del tipo del "Ventura del mar" que se hundió frente a las costas de Bermuda en 1609. Con todo no siempre fue fácil la aclimatación de estos insectos, Purchas señala que, como ya hemos dicho, en Barbados constituyeron uno de los bocados predilectos de ciertos pájaros del género Tyranus.

La isla de Jamaica estuvo en poder hispano hasta que en 1655 pasó a los británicos, al parecer entonces recibió "abejas oscuras inglesas". Por su parte los Archivos Nacionales de París contienen cartas que detallan la introducción de Apis mellifera desde Francia en sus colonias después de 1680, en concreto en 1689 el mayor Duclerc solicitaba desde Guadalupe abejas de las landas de Burdeos; por su parte Blaynat llevó algunas de su casa hasta Martinica, si bien las que no perecieron en el viaje lo hicieron víctimas de hormigas y otros insectos; también hubo intentos de llevarlas hasta la isla de San Cristóbal.

Ultimas noticias sobre la cuestión

Recientes estudios realizados sobre todo por Tomás Mozer7 en St. Augustine (Florida) indican que existen bastantes probabilidades de demostrar que hubo envíos muy tempranos de abejas hispanas al Nuevo Mundo. Dado el excelente resumen que hace de la sucesión de opiniones, vamos a reproducir literalmente lo más sustancial de las mismas:

"La incompleta cronica histórica que documenta los orígenes del Apis mellifera en las Américas está abierta a la interpretación. Crane,E. (1999) cita: "no sabemos cuándo las abejas de miel primero llegaron a la Nueva España (México)... Aun desde 1513, la "Obra de Agricultura" de Herrera mencionó la dificultad de transportar abejas a las nuevamente descubiertas Indias... Brand (1970, pub.1988) concluyó ... que los Españoles probablemente introdujeron las abejas de miel en los años 1520 o 1530... Perkins (1926) repite el texto de un informe escrito sobre 1600: 'un enjambre debe haberse colocado en una nave al punto de navegar de España ... y al llegar al cuál ahora es Veracruz las abejas volaron a tierra y...[hacia] un barril que un sacerdote proporcionó como colmena'" ["La Historia Mundial de la Apicultura y la Caza de Miel"; Routledge, N.Y.: (p. 361)]. Nelson, E.V. (1967) en la "Historia de la Apicultura en los Estados Unidos" comenta: "la fecha real de la importación de las primeras colonias de las abejas de miel ... a Norteamérica es desconocida ... En 1763, los ingleses introdujeron colonias de abejas en la Florida, aunque pudieron haber sido traídas anteriormente a San Agustin por los Españoles". ["Apicultura en los Estados Unidos", "Manual de Agricultura" nº 335 del USDA/ARS,(p.2)]. Oertel, E. (1976) escribe en "Abejas bicentenarias": Relaciones antiguas sobre las abejas de miel en los Estados Unidos orientales que "Bartram (1792)...observó...arboles con abejas en las orillas del [bajo] Río San Juan en 1765 y ... cuantiosas [cosechas] de miel... En 1765 De Brahm...comenzó una agrimensura oficial en la Florida Oriental ... [y relato] ... abejas fueron vistas con frecuencia ... Barton (1802) indicó que las abejas de miel en la Florida, después de ser introducidas por los Españoles, por 1785 habian incrementado en enjambres innumerables ... Podemos especular...sobre...las rutas factibles que los enjambres tomaron, sean los enjambres naturales o las colmenas de caja transportadas por humanos ... [incluyendo ] a lo largo de la costa del golfo [de Mexico]". ["Diario Americano de la Abeja" 116:70 ...] Las tentativas por aclarar la naturaleza de las abejas de miel silvestres del "nuevo mundo" necesitan incorporar las observaciones de Daly, H.V. et al. (1991): "Las abejas de miel silvestres en California son poblaciones mestizas, parcialmente distinguidas en morfometria de las colonias manejadas tan bien como de las subespecies europeas ... La variación geográfica es presumiblemente ... adaptiva e indica una diferenciación genética subyacente entre las poblaciones silvestres en California". ["Variación Geográfica Clinal en abejas de miel silvestres en California", E.U.A.; Apidologie, 22:591-609]. Un análisis preliminar por Mozer, T. (2002) de abejas silvestres de la Florida encontradas en la vecindad de los puertos-de-entrada refleja las semejanzas en los informes de la supervivencia de abejas silvestres con linaje "no comercial", sugiriendo la existencia de ecotipos naturalizados del "nuevo mundo" que son concebiblemente descendientes de las primeras introducciones".



[1] ALONSO DE HERRERA, G. (1513): Obra de Agricultura, 99. Ed. 1970, J.U. Martínez Carreras, Madrid.

[2] ALONSO DE HERRERA, G. (1513): Op. cit., 270.

[3] GONZÁLEZ DE NÁJERA, A. (1614): Desengaño y reparo de la guerra del Reino de Chile, 29-30. Ed. 1889, Colección de Historiadores de Chile y de documentos relativos a la Historia Nacional, 16, Santiago de Chile.

[4] CRANE, E. (1999): The world history of beekeeping and honey hunting. London, Duckworth, 358.

[5] BRAND, D.D. (1988): “The honey bee in New Spain and Mexico”. J. Cult. Geogr., 9 (1), 71-81.

[6] PERKINS, H. (1926): “Is there nothing new under the sun?” Bee World, 14 (9), 16-17.

[7] MOZER, T. (2002): Especulaciones sobre poblaciones silvestres de la abeja de miel en la Florida, E.U.A. Comunicación personal.

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